La historia detras de este proyecto

La historia real que inspiró el nacimiento de una plataforma para visibilizar abusos en rentas en México

Enrique

Enrique

La historia detras de este proyecto

Pronto se van a cumplir dos años desde que renté un espacio por primera vez. Como nadie te da un manual para esto, terminé viviendo una experiencia que en su momento creí que solo a mí me podía pasar.

Encontré un cuarto con una ubicación bastante buena. Desde el primer contacto con la persona que lo anunciaba, algo me olía mal… pero la necesidad me ganó.

Era evidente que todo se manejaba en total informalidad. El edificio tenía más de 12 cuartos rentados, así que haz cuentas: $5,000 por cuarto… eso ya es una buena lana cada mes. Aun así, nada parecía estar en regla.

Ni siquiera había ido a ver el cuarto cuando la arrendadora ya estaba usando el viejo truco del FOMO:

“Hay varias personas interesadas, si no depositas hoy los $10,000 (renta + depósito), le paso el cuarto al siguiente”.

Con más necesidad que certeza, ese mismo día estaba en una oficina improvisada firmando un contrato lleno de cláusulas ridículas por 6 meses, y hasta pagarés en blanco “porque así hacemos las cosas”.

No pasaron ni dos meses y empezaron los problemas:

  • Cortes constantes de agua, luz y gas
  • Un bote de basura chico para 15 cuartos (que dejaban días sin vaciar)
  • Plomería parchada, baños que se inundaban
  • Nada de mantenimiento o limpieza real

En el mes 5, por suerte, ya tenía otro lugar. Decidí mudarme antes de que terminara el contrato (aunque obviamente tuve que pagar el mes completo). Dejé el lugar limpio, vacío y oliendo a Fabuloso. Me gustaba la idea de irme bien.

Pasaron los días y llegó el momento de recuperar mi depósito.

Ahí empezó el show.

“El depósito se entrega hasta 30 días después del contrato”, me dijeron.
No venía en ningún lado, pero acepté.

Día 29: nada.
Día 35: excusas.
Día 50: más excusas.
Día 60: ya lo daba por perdido.

Hasta que un día me dijo que sí me lo iba a regresar. Una semana después, llegó… pero solo la mitad.

Cuando pregunté por qué, me soltaron esto:

“El servicio de limpieza costó dos mil y pico”.

No podía creerlo. Me habían robado, así de simple.

Lo conté a amigos y conocidos. ¿La respuesta?

“Ah, eso es normal. A todos nos ha pasado”.

Y ahí fue cuando todo hizo clic: en México rentar es una jungla. Está lleno de informalidad, y nadie ha hecho nada para arreglarlo.


Por eso nació esta idea

Mi propuesta es simple:
Un lugar donde los inquilinos puedan compartir cómo los trataron.
Donde puedas buscar referencias del lugar donde vas a vivir.
Donde no tengas que adivinar si te va a pasar lo mismo que a mí… o a cientos de miles más.

Ya es hora de que rentar deje de sentirse como una apuesta.
Y si tú también has vivido algo así, este proyecto es para ti.

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